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V.- El rincón de Andrés
V.- Die Bude von Andrés

La casa donde vivía la familia Hurtado era propiedad de un marqués, a quien don
Pedro había conocido en el colegio.
Don Pedro la administraba, cobraba los alquileres y hablaba mucho y con entusiasmo del marqués y de sus fincas, lo que a su hijo le parecía de una absoluta bajeza.
La familia de Hurtado estaba bien relacionada; don Pedro, a pesar de sus
arbitrariedades y de su despotismo casero, era amabilísimo con los de fuera y sabía sostener las amistades útiles.
Hurtado conocía a toda la vecindad y era muy complaciente con ella. Guardaba a
los vecinos muchas atenciones, menos a los de las guardillas, a quienes odiaba.
En su teoría del dinero equivalente a mérito, llevada a la práctica, desheredado tenía que ser sinónimo de miserable.
Das Haus, in dem die Familie Hurtado lebte, war Eigentum eines Markgrafen, den don Pedro in der Schule kennengelernt hatte. Don Pedro verwaltete es, zog die Mieten ein und sprach viel und mit Begeisterung vom Markgrafen und seinen Landsitzen, was für seinen Sohn einer absoluten Gemeinheit gleichkam.
Die Familie Hurtado hatte gute Beziehungen; don Pedro war trotz seiner Eigenmächtigkeiten und seines häuslichen Despotismus mit Aussenstehenden sehr liebenswürdig und wusste, nützliche Freundschaften zu unterhalten. Hurtado kannte die ganze Nachbarschaft und war ihr gegenüber sehr zuvorkommend. Er nahm grosse Rücksicht auf die Nachbarn, ausser auf die in den Dachkammern, welche er hasste. Theoretisch war Geld für ihn gleichwertig mit Verdienst, und in die Tat umgesetzt, musste Enterbter ein Synonym für Schurke sein.

Don Pedro, sin pensarlo, era un hombre a la antigua; la sospecha de que un obrero pretendiese considerarse como una persona, o de que una mujer quisiera ser independiente le ofendía como un insulto.
Sólo perdonaba a la gente pobre su pobreza, si unían a ésta la desvergüenza y la canallería..
Para la gente baja, a quien se podía hablar de tú, chulos, mozas de partido, jugadores, guardaba don Pedro todas sus simpatías.
En la casa, en uno de los cuartos del piso tercero, vivían dos ex bailarinas,
protegidas por un viejo senador.
La familia de Hurtado las conocía por las del Moñete.

El origen del apodo provenía de la niña de la favorita del viejo senador. A la niña la
peinaban con un moño recogido en medio de la cabeza muy pequeño. Luisito, al verla
por primera vez, le llamó la Chica del Moñete, y luego el apodo del Moñete pasó por extensión a la madre y a la tía.

Don Pedro war, ohne zu überlegen, ein altmodischer Mann; die Vermutung, ein Arbeiter könnte anstreben, sich für eine Person zu halten, oder eine Frau könnte unabhängig sein wollen, beleidigte ihn wie eine Beschimpfung. Armen Leuten entschuldigte er ihre Armut nur, wenn sie diese mit Unverschämtheit und Gesindel verbanden. Don Pedro behielt alle seine Sympathien für die niederen Leute, welche man duzen durfte, Chulos (chulo=ein madrider Volkstyp), Prostituierte, Spieler. Im Haus, in einem der Zimmer der dritten Wohnung, wohnten zwei Extänzerinnen, von einem Senator beschützt. Hurtados Familie kannte sie unter „die des Moñete”.
Die Herkunft des Spitznames stammte vom Mädchen der Favoritin des alten Senators. Dem Mädchen wurde das Haar mitten auf dem Kopf mit einer sehr kleinen Zierschleife zusammengehalten. Als Luisito es zum ersten Mal sah, nannte er es das Mädchen des Moñete, und später ging der Spitzname auf die Mutter und die Tante über.

Don Pedro hablaba con frecuencia de las dos ex bailarinas y las elogiaba mucho; su hijo Alejandro celebraba las frases de su padre como si fueran de un camarada suyo; Margarita se quedaba seria al oír las alusiones a la vida licenciosa de las bailarinas, y Andrés volvía la cabeza desdeñosamente, dando a entender que los alardes cínicos de su padre le parecían ridículos y fuera de lugar.

Únicamente a las horas de comer Andrés se reunía con su familia; en lo restante del tiempo no se le veía.
Durante el bachillerato Andrés había dormido en la misma habitación que su
hermano Pedro; pero al comenzar la carrera pidió a Margarita le trasladaran a un cuarto bajo de techo, utilizado para guardar trastos viejos.

Don Pedro sprach häufig von den zwei Extänzerinnen und er lobte sie sehr; sein Sohn Alejandro freute sich über die Sätze seines Vaters, als ob sie von einem seiner Kameraden wären; Margarita blieb ernst, als sie Andeutungen auf das ausschweifende Leben der Tänzerinnen hörte, und Andrés wandte den Kopf geringschätzig und gab zu verstehen, dass ihm die zynischen Prahlereien seines Vaters lächerlich und fehl am Platz erschienen. Einzig und allein während der Essenszeit setzte sich Andrés mit der Familie zusammen; den Rest der Zeit sah man ihn nicht. Während der Gymnasiumszeit hatte Andrés im gleichen Zimmer wie sein Bruder Pedro geschlafen; als er aber mit dem Hochschulstudium begann, bat er Margarita, dass sie ihm ein Zimmer unter dem Dach überliessen, das sie benützten, um altes Gerümpel aufzubewahren.

Margarita al principio se opuso; pero luego accedió, mandó quitar los armarios y baúles, y allí se instaló Andrés.
La casa era grande, con esos pasillos y recovecos un poco misteriosos de las construcciones antiguas.
Para llegar al nuevo cuarto de Andrés había que subir unas escaleras, lo que le dejaba completamente independiente.
El cuartucho tenía un aspecto de celda; Andrés pidió a Margarita le cediera un
armario y lo llenó de libros y papeles, colgó en las paredes los huesos del esqueleto que le dio su tío el doctor Iturrioz y dejó el cuarto con cierto aire de antro de mago o de nigromántico.

Allá se encontraba a su gusto, solo; decía que estudiaba mejor con aquel silencio; pero muchas veces se pasaba el tiempo leyendo novelas o mirando sencillamente por la ventana.

Esta ventana caía sobre la parte de atrás de varias casas de las calles de Santa Isabel
y de la Esperancilla, y sobre unos patios y tejavanas.
Andrés había dado nombres novelescos a lo que se veía desde allí: la casa
misteriosa, la casa de la escalera, la torre de la cruz, el puente del gato negro, el tejado del depósito de agua...

Anfänglich war Margarita dagegen; aber später willigte sie ein, liess die Schränke und Truhen entfernen, und Andrés richtete sich dort ein. Das Haus war gross, mit diesen Gängen und etwas geheimnisvollen Winkeln alter Konstruktionen. Um zum neuen Zimmer zu gelangen, musste Andrés einige Treppen hochsteigen, was ihn komplett unabhängig machte. Die Bude hatte das Aussehen einer Zelle; Andrés bat Margarita, dass sie ihm einen Schrank überliesse und den füllte er mit Büchern und Papieren, an die Wand hängte er die Knochen des Skeletts, das ihm sein Onkel, Doktor Iturrioz, gab und dem Zimmer den gewissen Hauch von magischer oder schwarzmagischer Höhle verlieh. Dort war es ganz nach seinem Geschmack, einsam; er sagte, dass er in dieser Stille besser studieren könne; aber oft vertrieb er sich die Zeit mit dem Lesen von Romanen oder er sah zum Fenster hinaus.
Dieses Fenster befand sich über dem rückwärtigen Teil verschiedener Häuser der Strassen Santa Isabel und Esperancilla und über einigen Höfen und Schuppen.
Andrés hatte dem, was man von dort aus sehen konnte, romanhafte Namen gegeben: Das misteriöse Haus, das Haus der Treppe, der Turm des Kreuzes, die Brücke der schwarzen Katze, die Decke des Wasserspeichers...

Los gatos de casa de Andrés salían por la ventana y hacían largas excursiones por
estas tejavanas y saledizos, robaban de las cocinas, y un día uno de ellos se presentó con una perdiz en la boca.
Luisito solía ir contentísimo al cuarto de su hermano, observaba las maniobras de
los gatos, miraba la calavera con curiosidad; le producía todo un gran entusiasmo.
Pedro, que siempre había tenido por su hermano cierta admiración, iba también a verle a su cubil y a admirarle como a un bicho raro.
Al final del primer año de carrera, Andrés empezó a tener mucho miedo de salir mal
de los exámenes.
Las asignaturas eran para marear a cualquiera; los libros muy voluminosos; apenas había tiempo de enterarse bien; luego las clases en distintos sitios, distantes los unos de los otros, hacían perder tiempo andando de aquí para allá, lo que constituía motivos de distracción.

Además, y esto Andrés no podía achacárselo a nadie más que a sí mismo, muchas veces, con Aracil y con Montaner, iba, dejando la clase, a la parada de Palacio o al Retiro, y después, por la noche, en vez de estudiar, se dedicaba a leer novelas.

Die Katzen von Andrés’Haus gingen zum Fenster hinaus und machten lange Ausflüge über die Dächer und Stirnbretter, klauten aus den Küchen, und eines Tages präsentierte sich eine von ihnen mit einem Rebhuhn im Maul. Luisito ging sehr gerne ins Zimmer seines Bruders, er beobachtete die Machenschaften der Katzen, schaute neugierig den Totenkopf an, der ihn sehr begeisterte.
Pedro, der immer eine gewisse Bewunderung für seinen Bruder gehabt hatte, ging auch in seinen Unterschlupf, um ihn zu sehen und wie einen komischen Kauz zu bewundern. Am Ende des ersten Studienjahres begann sich Andrés sehr vor schlechtem Abschneiden bei den Examen zu fürchten. Die Fächer verwirrten jedermann; die Bücher sehr umfangreich; er hatte kaum Zeit, sich mit allem zu befassen; dann waren die Unterrichtsstunden an verschiedenen Orten, weit von einander entfert, man verlor Zeit, wenn man von da nach dort ging, was Motive für Unachtsamkeit darstellte. Zudem, und dies konnte Andrés niemand anderem unterstellen als sich selber, verliess er mit Aracil und Montaner den Unterricht und ging an die Haltestelle Palacio oder zum Retiro (Park in Madrid) und nachher, nachts, widmete er sich dem Lesen von Romanen, statt zu lernen.

Llegó mayo y Andrés se puso a devorar los libros a ver si podía resarcirse del
tiempo perdido.
Sentía un gran temor de salir mal, más que nada por la rechifla del padre, que podía decir: Para eso creo que no necesitabas tanta soledad.
Con gran asombro suyo aprobó cuatro asignaturas, y le suspendieron, sin ningún
asombro por su parte, en la última, en el examen de Química. No quiso confesar en casa el pequeño tropiezo e inventó que no se había presentado.

— ¡Valiente primo! —le dijo su hermano Alejandro.
Andrés decidió estudiar con energía durante el verano. Allí, en su celda, se
encontraría muy bien, muy tranquilo y a gusto.

Pronto se olvidó de sus propósitos, y en vez de estudiar miraba por la ventana con
un anteojo la gente que salía en las casas de la vecindad.

Por la mañana dos muchachitas aparecían en unos balcones lejanos. Cuando se levantaba Andrés ya estaban ellas en el balcón. Se peinaban y se ponían cintas en el pelo. No se les veía bien la cara, porque el anteojo, además de ser de poco alcance, no era acromático y daba una gran irisación de todos los objetos.

Es wurde Mai und Andrés begann, die Bücher zu verschlingen, um zu sehen, ob er die verlorene Zeit aufholen könnte.
Er hatte grosse Angst zu versagen, vor allem wegen des Spotts des Vaters, der sagen könnte: Dafür, glaube ich, brauchtest du nicht soviel Einsamkeit.
Zum grossen, eigenen Erstaunen bestand er vier Fächer und im letzten, im Chemieexamen fiel er durch, ohne dass er sich darüber gewundert hätte. Zu Hause wollte er den kleinen Fehltritt nicht beichten und flunkerte, er hätte sich nicht präsentiert.
„Mutiger Einfaltspinsel!“, sagte sein Bruder Alejandro zu ihm.
Andrés entschied sich, während des Sommers tatkräftig zu lernen. Dort in seiner Zelle, würde es ihm gut gehen, wäre es sehr ruhig und nach seinem Geschmack.
Bald vergass er seine Vorsätze und statt zu studieren, beobachtete er durchs Fenster die Leute in den Häusern der Umgebung, die ausgingen, mit einem Fernglas.
Am Morgen erschienen zwei Mädchen auf den entfernten Balkonen. Als Andrés aufstand, waren sie auf dem Balkon. Sie kämmten sich und banden sich Schleifen ins Haar. Er sah ihre Gesichter nicht gut, weil das Fernglas nicht achromatisch war, ein starkes Schillern der Objekte verursachte und ausserdem von geringer Reichweite war.

Un chico que vivía enfrente de esas muchachas solía echarlas un rayo de sol con un espejito. Ellas le reñían y amenazaban, hasta que, cansadas, se sentaban a coser en el balcón.

En una guardilla próxima había una vecina que al levantarse se pintaba la cara. Sin duda no sospechaba que pudieran mirarle y realizaba su operación de un modo concienzudo.
Debía de hacer una verdadera obra de arte; parecía un ebanista barnizando un mueble.
Andrés, a pesar de que leía y leía el libro, no se enteraba de nada. Al comenzar a repasar vio que, excepto las primeras lecciones de Química, de todo lo demás apenas podía contestar.

Pensó en buscar alguna recomendación; no quería decirle nada a su padre, y fue a
casa de su tío Iturrioz a explicarle lo que le pasaba.
Iturrioz le preguntó:
— ¿Sabes algo de química?
—Muy poco.
— ¿No has estudiado?
—Sí; pero se me olvida todo en seguida.

—Es que hay que saber estudiar. Salir bien en los exámenes es una cuestión
mnemotécnica, que consiste en aprender y repetir el mínimum de datos hasta
dominarlos...; pero, en fin, ya no es tiempo de eso, te recomendaré, vete con esta carta a casa del profesor.
Andrés fue a ver al catedrático, que le trató como a un recluta.

El examen que hizo días después le asombró por lo detestable; se levantó de la silla, confuso, lleno de vergüenza. Esperó, teniendo la seguridad de que saldría mal; pero se encontró, con gran sorpresa, que le habían aprobado.

Ein Junge, der diesen Mädchen gegenüber wohnte, pflegte ihnen mit einem Spiegelchen einen Sonnenstrahl zuzuwerfen. Sie schimpten ihn aus und drohten ihm, bis sie sich, müde, auf dem Balkon hinsetzten, um zu nähen.
In einer nahen Dachkammer war eine Nachbarin, die sich nach dem Aufstehen das Gesicht schminkte. Ohne Zweifel vermutete sie nicht, dass man sie sehen könnte und realisierte ihr Tun auf gewissenhafte Art. Sie musste ein echtes Kunstwerk vollbringen; sie glich einem Schreiner, der ein Möbelstück lackierte.
Obwohl Andrés das Buch las und las, begriff er nichts davon. Als er begann, es nochmals durchzugehen, sah er, dass er, die ersten Lektionen in Chemie ausgenommen, auf alles andere kaum antworten konnte.
Er dachte daran, sich irgendeinen Ratschlag zu suchen; er wollte seinem Vater nichts sagen und ging zu seinem Onkel Iturrioz nach Hause, um ihm zu erklären, was ihm passiert war. Iturrioz fragte ihn:”Weisst du etwas über Chemie?” “Sehr wenig.”
„Hast du nicht gelernt?“
„Doch, aber ich vergesse alles gleich wieder.“
„Man muss wissen, wie man studiert. Die Examen gut zu bestehen ist eine mnemotechnische Frage, die darin besteht, das Minimum von Daten zu lernen und zu wiederholen bis man sie beherrscht..., aber, kurz und gut, nun ist dafür nicht die Zeit, ich empfehle dir, mit diesem Brief zum Professor nach Hause zu gehen. Andrés besuchte den Professor, der ihn wie einen Rekruten behandelte.
Das Examen, das er wenige Tage später ablegte, überraschte ihn, weil es abscheulich war, er erhob sich vom Stuhl, durcheinander, voll von Scham. Er wartete und war sich sicher, dass er schlecht abschneiden würde; aber zu seiner grossen Überraschung erführ er, dass sie ihn hatten bestehen lassen.




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