El rayo de Luna (Der Mondstrahl): Primera parte



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-¿Dónde está Manrique, dónde está vuestro señor?- preguntaba algunas veces su madre.
-No sabemos- respondían sus servidores:
-acaso estará en el claustro del monasterio de la Peña, sentado al borde de una tumba, prestando oído a ver si sorprende alguna palabra de la conversación de los muertos; o en el puente, mirando correr unas tras otras las olas del río por debajo de sus arcos; o acurrucado en la quiebra de una roca y entretenido en contar las estrellas del cielo, en seguir una nube con la vista o contemplar los fuegos fatuos que cruzan como exhalaciones sobre el haz de las lagunas.

En cualquiera parte estará menos en donde esté todo el mundo.

„Wo ist Manrique, wo ist euer Herr?“, fragte bisweilen seine Mutter.
“Wir wissen es nicht”, antworteten seine Diener, “möglicherweise hält er sich im Kreuzgang des Klosters von la Peña auf, sitzt am Rande eines Grabes und versucht einige Worte der Unterhaltung der Toten zu verstehen, oder er ist auf der Brücke und beobachtet die Wellen des Flusses, wie sie unter ihren Bogen durchfliessen; oder er kauert auf einem Fels und zählt die Sterne des Himmels, verfolgt mit seinem Blick eine Wolke oder betrachtet die Irrlichter, die die Oberfläche der Lagunen wie Sternschnuppen kreuzen.

Irgendwo wird er sein, nur nicht dort, wo die ganze Welt sich aufhält.“



Vokabeln
el claustro del monasterio = der Kreuzgang des Klosters
prestar oído = Gehör schenken
los fuegos fatuos = die Irrlichter
exhalaciones = Sternschnuppen
el haz de las lagunas = die Oberfläche der Lagunen




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